
Electrodos
El estímulo que nos dan los electrodos no es directo sobre el músculo, sino sobre la corriente nerviosa que lo domina. Así, sólo es necesaria una frecuencia eléctrica baja, que asegura una contracción muscular potente y no daña de ninguna forma al cuerpo.
La electroterapia puede aplicarse en glúteos, caderas, estómago, piernas y brazos.
La acción se divide en tres partes: se tonifica el músculo a través de la contracción muscular –que se sostiene unos segundos antes de relajarlo otra vez- reafirmando así la fibra muscular; se estimula el funcionamiento del sistema linfático, reduciendo la retención de líquidos y mejorando la circulación; y finalmente se tonifica la epidermis, propiciando una mayor elasticidad.
Las sesiones de electroestimulación orientada a fines estéticos son administradas por esteticistas especializadas en la técnica.
La cantidad de sesiones necesarias y la duración de las mismas dependerá de la zona a tratar y los efectos que queremos conseguir.
Al cabo de un mes ya deben verse resultados.
Sin embargo, tengamos en mente que estos son progresivos: a medida que sigamos la electroterapia, más efectiva será su acción.